Prólogo
Por Lorenzo, un loro que aprendió a volar tarde, pero a tiempo
Yo no nací para vivir en una jaula.
Ningún ser alado lo fue.
Pero durante años, creí que ese era mi destino. Creí que el mundo era del tamaño de mi encierro, que el silencio era tranquilidad, y que los barrotes eran cuidado. Hasta que un día, alguien me escuchó. No mis cantos —porque había dejado de cantar—, sino mi silencio. Y ese alguien decidió cambiar la historia.
Ese alguien eres tú.
Cada vez que lees, que sientes, que decides cuestionar lo que siempre te dijeron. Cada vez que entiendes que liberar no es abrir una puerta, sino desarmar una cultura.
Este libro no es sobre mí, aunque me veas volar en muchas páginas. Es sobre lo que representamos. Sobre lo que nos enseñamos mutuamente: que la libertad no es un regalo, es un compromiso. Que amar no es retener, es acompañar. Que volar no siempre es alzar el vuelo, a veces es quedarse con dignidad.
Las historias que estás por leer fueron escritas por humanos que se atrevieron a mirar de nuevo. A ver al loro no como objeto, ni como símbolo, sino como alguien. Como sujeto. Como espíritu.
Si alguna frase de este libro te sacude, te emociona o te incomoda, entonces este vuelo habrá valido la pena.
Desde alguna rama,
Lorenzo
Loro rehabilitado y libre
Fundación Loros